jueves, 18 de enero de 2007

EL PUERCOESPÍN El puercoespín común (Hystix cristata) es uno de los roedores de mayor tamaño, y quizás por ello, y por estar muy bien defendido, posee unos hábitos poco frecuentes en la mayoría de los demás integrantes de su orden zoológico (los cávidos). Se alimenta principalmente de semillas, raíces y bulbos que busca durante las horas nocturnas, pero no lo hace a escondidas como el resto de los parientes, sino con total tranquilidad. De hecho ni siquiera intenta la huida cuando es molestado por algún depredador, entre los que se encuentran los leopardos, las hienas o los leones, sino que en tales circunstancias arremete contra ellos marcha atrás. Con este movimiento, el puercoespín trata de disuadir a su perseguidor, que si no se retira a tiempo puede sufrir las graves consecuencias derivadas de los pinchazos provocados por las agudas y aceradas espinas en las que se han transformado los pelos del lomo y la cola del roedor. Estas espinas, una vez clavadas en las garras o el hocico del depredador , se rompen y permanecen dentro de la piel, provocando generalmente grandes molestias e incluso grandes infecciones que pueden llegar a ocasionar la muerte. El resto del puercoespín esta cubierto por un pelo recio y oscuro que tiene el aspecto de largas cerdas. La vida de este animal gira en torno al grupo familiar, compuesto básicamente por la hembra y sus crías. Durante el día permanecen la mayor parte del tiempo escondidos en una hura o madriguera excavada en el suelo y de la que salen durante la noche para alimentarse. Es esa misma madriguera en la que las hembras paren a sus crías tras un periodo de gestación de tres meses. El nacimiento suele tener lugar durante el verano y el numero de crías suele oscilar entre dos y cuatro. En el momento de nacer, los pequeños puercoespines carecen de espinas, que comienzan a esbozarse a los tres días; al principio son flexibles, blandas y de color blanco, y hacia el décimo día de vida empiezan a adquirir la consistencia que mantendrán durante el resto de su vida, y poco tiempo después podrán abandonar ya el cubil y seguir a su madre durante los paseos nocturnos en busca de alimento.

No hay comentarios: